es un negocio,
es una vocación.
Desafortunadamente, ayudar a la gente a mejorar su inglés pasó a un segundo plano. Negociantes de idiomas mantienen a los estudiantes por años, pagando mes a mes, aprendiendo poco, y a veces, aprendiendo nada.
Esto no es un cuento del pasado, la historia sigue hoy. Miles de personas siguen buscando la técnica ideal para que esta vez sí funcione y sí aprendan. Y los negociantes del inglés, lo saben, y se aprovechan de ello.
Hoy, la mayoría de las academias te venden “el método”. Una combinación mágica que supuestamente te permite aprender gracias a su fórmula secreta. Al mismo tiempo, sin embargo, contratan personas que no saben enseñar inglés aunque tengan un look “nativo”, se estancan y nunca actualizan su pedagogía, y creen que el poder y reconocimiento de su marca es suficiente para sacarte dinero.
Lo peor de todo, es que a veces lo logran.
Debemos empezar siendo sinceros y reconociendo que no lo sabemos todo ni tenemos un “método mágico”. Lo que sí sabemos es que el mundo cambia rápido y es importante aprender constantemente para enseñar mejor.
Tampoco prometemos profesores nativos porque ser nativo en un idioma es secundario a lo que verdaderamente importa: saber enseñar. Aquí sólo trabajamos con profesores con una pasión genuina por el inglés, y la humildad para aprender y mejorar día a día como maestros.
Por último, reconocemos que enseñar inglés también es un negocio para nosotros. Pero, a diferencia de muchos, también sabemos que el mejor indicador de éxito son los miles de estudiantes que cumplen sus metas y ya no nos necesitan más. Por eso, hacemos las cosas bien, adecuamos las clases a tu estilo de aprendizaje, y nos interesamos en que las personas cumplan sus metas, no en que nos paguen por años sin pasar del verbo to be.